Noticias de Taiwán
"KUANG FU CHIEH"
26/10/1971
TAIWAN, la Provincia insular de la República de China, ha atraído la admiración y codicia de varias naciones. Aparte de los portugueses, que le dieron su nombre occidental de FORMOSA y los españoles, que en el apogeo de su poder marítimo intentaron sin resultado apoderarse de la isla, los holandeses la ocuparon en 1624. China la reconquistó 40 años más tarde, bajo el gran patriota Cheng Cheng-kung. La provincia continuó en la pacífica posesión de China. La agricultura e industria, especialmente el teñido de tejidos y la elaboración del azúcar, se desarrollaron notablemente. La modernización comenzaba a hacerse sentir; la administración china inauguró una línea de ferrocarril entre Keelung, el puerto del norte y la ciudad de Taipei. Esta ciudad tuvo su alumbrado eléctrico y se comenzó un servicio de telégrafo entre Taipei y Changhua, en el centro de Taiwan. El puerto de An Pin, en Tainan, adquirió gran movimiento comercial.
Las relaciones de las autoridades y pueblo chino con los "aborígenes", de orígen malayo, que ocupan las regiones montañosas, eran por lo general amistosas y espontáneas, sobre todo después de los incesantes trabajos, coronados por el sacrificio de su vida, de WU FENG, comerciante y magistrado de la región de Chiayi en el siglo xviii.
Los japoneses vinieron a alterar esa situación. Por el Tratado de Shimonoseki, firmado al fin de su guerra con China, a fines del siglo pasado, obligaron al ya vacilante Imperio chino a ceder la isla. En 1895 ocuparon Taiwan debiendo sofocar repetidas insurrecciones de chinos y aborígenes.
La nueva guerra sino-japonesa, causada por la ocupación de Manchuria en 1931 y la invasión del resto del país en 1937, cuando fracasados todos los intentos de arreglo pacífico China se vió obligada a declarar la guerra, terminó con la derrota del Japón en 1945. Los Tratados de los aliados, el documento de rendición del Japón y subsecuentemente el Tratado de paz entre ambos países, estipularon la reintegración de la Provincia de Taiwan a la República de China.
La entrega oficial de la isla a las autoridades chinas por parte del Japón se realizó el 25 de octubre de 1945, y cada año se conmemora en ese día ese fausto acontecimiento. La fiesta de la reintegración de Taiwan a su país de orígen se llama en chino "KUANG FU CHIEH".
¿TAIWAN INDEPENDIENTE? De cuando en cuando, la insidiosa campaña que los medios interesados conducen contra la República de China, echa mano al esqueleto del "movimiento" pro independencia de Taiwan. Y los que quieren pasar por "personas informadas" sin tomarse el trabajo de informarse, lo recogen y lo repiten como algo de importancia.
Vamos a presentar aquí brevemente el estado de la cuestión. Taiwan sufrió por 50 años la dominación japonesa. Los taiwaneses nacidos y educados durante ese tiempo estuvieron sometidos a las influencias y presiones de todo órden de los invasores. Si un jóven taiwanés determinaba estudiar en el continente, encontraba la absoluta negativa de las autoridades japonesas. Si a pesar de todo lograba trasladarse al continente, su familia era sometida a vejaciones sin término. Si intentaba regresar a su provincia natal, le esperaba el castigo. Los pocos jóvenes a quienes se permitía recibir educación superior debían procurarla en Japón.
En esas condiciones su conocimiento de la cultura, tradiciones y sobretodo la historia reciente de China no podía ser muy profundo. Con todo, las "personas informadas" que gustan hablar del "movimiento de independencia de Taiwan" deberían también estar informadas de las innumerables rebeliones que los conquistadores japoneses debieron sofocar, rebeliones que solicitaban y esperaban ayuda del continente chino. Desgraciadamente China, primero bajo el Imperio y después bajo la República, no estaba en condiciones de prestar esa ayuda. Pero el pensamiento de los taiwaneses era claro : reclamaban la ayuda de China, de la cual eran parte. Al tiempo del Tratado de Shimonoseki, un grupo de funcionarios chinos en Taipei, como última tentativa de evitar el caer en manos japonesas, declaró una República Independiente de Taiwan, con el propósito conocido en la Corte Imperial de Peiping, de una vez rechazada la pretensión japonesa, volver al seno de su patria. La tentativa no tuvo éxito, pues entonces como ahora, los poderosos del mundo no se detuvieron ante "legalidades".
Al volver Taiwan a integrarse con China, el Gobierno de la República encontró una isla devastada por la guerra y por la explotación japonesa, como ocurría con los territorios del continente que habían sido ocupados. El sabotaje comunista se hizo presente también aquí. Con los primeros grupos de ejército que vinieron a tomar posesión de la isla en nombre del Gobierno Central, venían también los infiltradores rojos, que provocaron en Hsinchu un serio incidente, logrando enardecer a parte de la población contra los soldados continentales. El complot fué descubierto, los agitadores individualizados y ajusticiados. El entonces Gobernador Chen Cheng, después Primer Ministro y Vice Presidente de la República, restañó en lo posible los daños causados por ese incidente, pero donde ha habido muchos muertos y heridos y pérdida de propiedad, y todo eso por razones que nadie entiende, no es fácil apaciguar los rencores y resentimientos.
Naturalmente, entonces, en algunas familias taiwanesas quedaron resabios de esos rencores. Hasta que la reforma agraria, iniciada en 1951, comenzó a dar sus frutos la situación económico-social de Taiwan dejaba mucho que desear. Todo conducía a un malestar que se iba remediando paulatinamente, pero que entonces era perceptible. En algunos habrán obrado esas razones, en otros, visiones quiméricas de un porvenir mejor como estado independiente. En otros, por fin, ambiciones personales de poder y fama. Un número que siempre ha sido reducido, y es hoy enteramente negligible, de taiwaneses residentes en Japón, organizó el "movimiento pro Taiwan independiente" con su gobierno en exilio, etc. La organización ha tenido varias divisiones, casi siempre por divergencias entre los dirigentes.
RETORNO. El "movimiento" sufrió un rudo golpe en 1965 cuando el "Presidente del gobierno en exilio", Tomás Liao Wei-i, repudió todos sus vínculos con el movimiento y regresó a Taiwan. Un inmediato motivo de sorpresa y satisfacción para el Dr. Liao fue comprobar personalmente lo que cartas y amigos le venían diciendo sin lograr convencerlo, que su familia vivía próspera y pacíficamente en su antigua mansión familiar de Hsilo, en el Departamento de Yunlin, y algunos de sus parientes próximos hasta ocupaban cargos en el gobierno local. Otra sorpresa fué que la única exigencia del Gobierno fué que renunciara formalmente al movimiento divisivo y aceptara al Gobierno constitucional de la República. Fuera de eso, podía residir donde quisiera y dedicarse a las actividades de su elección. Poco después, una mayor sorpresa; Liao fué recibido por el Presidente Chiang Kai-shek, quién le dijo : Ud. siempre ha afirmado que quiere trabajar por el engrandecimiento del pueblo de Taiwan. Aquí le ofrezco una oportunidad. La oportunidad de referencia se trataba del puesto de Vice-Director de las obras, entonces en planeo activo, de una gran obra hidroeléctrica, el Dique Tsengwen, en el Departamento de Tainan. Liao, que es ingeniero, aceptó el ofrecimiento con alegría y emoción. El Dique Tsengwen, que proveerá irrigación para 85,000 hectáreas de tierra, 180,000 toneladas métricas de agua para uso doméstico e industrial, energía eléctrica de 200.000.000 kilowatt-hora, y los otros muchos beneficios que van con una obra de esta magnitud, se completará en noviembre de 1973, con alguna anticipación a la fecha prevista inicialmente. Así lo anunció orgullosamente el Dr. Liao, ya enteramente integrado a la vida de Taiwan como Provincia de la República de China.
El retorno de Liao movió a otros "dirigentes" a seguir sus pasos. Entre los más prominentes se cuenta a Cheng Wan-fu, regresado en abril de 1966 Wu Chen-nan en octubre del mismo año, etc. Este año 1971, las filas del "movimiento" han vuelto a adelgazar. El 9 de octubre, víspera del "Doble Diez" o Día Nacional, llegaron a Taipei tres dirigentes de los pocos que van quedando al grupo. Liao Ming-yao de Taichung, de 61 años, Chien Wen-chieh, de Chiayi, 47, y Shih Ching-hsiang, de Tainan, 42, declararon que los hechos los han convencido que lo que por 20 años han soñado, es hoy realidad en Taiwan como provincia de la República de China bajo la Presidencia de Chiang Kai-shek.
Los tres fueron recibidos en el aeropuerto de Sungshan, Taipei, por sus familiares y amigos, entre los que estaba el Dr. Tomás Liao, y por el Presidente de la Comisión de Chinos de Ultramar, quien les facilitó los trámites necesarios. Los tres han visitado sus antiguas casa familiares y muchas partes de la isla. El Dr. Liao lo ha invitado a visitar las obras del Dique Tsengwen. Shih Ching-hsiang, que está estudiando en la Universidad de Toyo, en Japón para obtener su doctorado, regresará a ese país.
La colonia de chinos en Japón no tiene muy buena opinión del "movimiento de independencia taiwanesa". Dice Chen Fu-po de Yokohama : Los pocos que siguen adelante no tienen ideas y todos quieren ser jefes. Chen Hsin-hsiung de Kobe : La mayoría de los chinos de Kobe se niegan a tener ningún contacto con los miembros del movimiento, que son una ínfima minoría. Chiu Tien-shou de Osaka : Yo no se nada sobre ese movimiento, pero creo que la gran mayoría de chinos en Japón apoyan al Gobierno de la República. Liao Tian-lu de Amagasaki : Cada año los 5.000 chinos de Amagasaki tenemos una reunión social y deportiva, que nos une y nos acerca. El movimiento de independencia taiwanesa no tiene sentido.
Y así podríamos seguir la lista. Es de notar que gran parte de los residentes chinos en Japón son taiwaneses. Todos los citados arriba lo son. Es fácil sacar conclusiones sobre su pensamiento y sus deseos.
KUANG FU CHIEH, o la conmemoración de la reintegración de Taiwan a la República de China no hace más que expresar esos sentimientos de los taiwaneses.